imageArtículo escrito por: Lily Muñoz, Coordinadora Regional de Programas

Por primera vez en la historia mundial, un juicio por delitos contra los deberes de humanidad en su forma violencia y esclavitud sexual hacia mujeres se ventilará en un tribunal nacional. Tales crímenes mostraron una especificidad de género en la estrategia militar genocida, diseñada en Guatemala para los años más álgidos de la guerra contrainsurgente.

Así empieza el proceso
Hace dos años, 15 mujeres q’eqchi’es acudieron al Juzgado B de Mayor Riesgo a presentar sus testimonios -como prueba anticipada- de las múltiples violaciones a los derechos humanos que sufrieron por parte de miembros del ejército y paramilitares, en el marco del conflicto armado interno a inicios de los ochenta en el destacamento militar de Sepur Zarco, entre Alta Verapaz e Izabal.

En octubre pasado, el juez Miguel Ángel Gálvez del mismo juzgado resolvió la apertura a juicio del entonces subteniente de artillería Esteelmer Francisco Reyes Girón por delitos contra los deberes de humanidad en su forma violencia sexual, esclavitud sexual y esclavitud doméstica hacia 11 mujeres indígenas, así como en su forma violencia sexual y asesinato hacia Dominga Cuc y sus dos niñas.

También resolvió la apertura a juicio del ex comisionado militar Heriberto Asij por el delito de desaparición forzada y delitos contra los deberes de humanidad en su forma violencia sexual hacia dos mujeres.

No estamos mintiendo
Tribunales guatemaltecos tendrán la oportunidad histórica de hacer prevalecer la verdad y la justicia en un caso que depende exclusivamente de los testimonios de las mujeres, que en el ocaso de sus vidas reclaman su derecho a la verdad y al resarcimiento.

Ellas figurarán también como querellantes adhesivas durante el juicio.

Violencia sexual en conflictos armados
En cualquier sociedad patriarcal la guerra es por antonomasia una actividad masculina. Los conflictos armados registrados en el mundo en distintas épocas históricas han incluido la violencia sexual hacia mujeres, y no precisamente como actos aislados cometidos por algunos soldados indisciplinados sino como una estrategia de guerra.

Algunas evidencias de ello están dadas por el número de víctimas de casos de violencia sexual masiva hacia mujeres en contextos de guerra que se conocieron en las últimas décadas: Kuwait (cinco mil), Bosnia (entre 20 y 50 mil), Argelia (1,600), Yugoslavia (dos mil) y Ruanda (500 mil), reporta la jurista canadiense Valerie Oosterveld.

Este crimen de guerra ha sido entendido tradicionalmente como un efecto colateral, y no se le ha conferido la misma visibilidad ni el mismo nivel de importancia que se ha otorgado a otras violaciones a los derechos humanos en esos contextos como las torturas, desapariciones forzadas, asesinatos y masacres.

Poder de dominación territorial
Una idea bastante difundida es que las mujeres han sido vistas en todo el mundo como botín de guerra. Esta idea supone que sus cuerpos se constituyen en una especie de premios para la satisfacción sexual de los guerreros vencedores, cuyos méritos viriles (fuerza, vigor corporal, ímpetu, violencia, potencia sexual) son reconocidos y fortalecidos a través de la violación sexual de las mujeres de los vencidos.

La feminista india Gayatri Spivak afirma que la violación sexual es perpetrada por el grupo de los vencedores como una celebración metonímica de la adquisición territorial. Pero más allá de las mujeres como símbolo del territorio conquistado, la antropóloga argentina Rita Laura Segato plantea que son concebidas como una extensión de dicho territorio: El hecho de apropiarse del cuerpo de las mujeres para usarlo, para abusar de él, con la violación sexual, es una expresión clara del poder de dominación que el agresor busca ejercer sobre el cuerpo de las mujeres, el cual concibe como un anexo del territorio sobre el cual pretende imponer su control absoluto como evidencia de la supremacía de su poder.

Mujeres como objetivos militares
La escritora y periodista Gita Sahgal señala que es un error entender estos crímenes desde la idea del botín de guerra o como gratificación sexual, llama la atención que en los conflictos étnicos la violación sexual suele ser utilizada por los victimarios como una forma para perpetuar el control social y redibujar las fronteras étnicas [pues] las mujeres son vistas como reproductoras y las cuidadoras de la comunidad. En este sentido, es importantísimo entender el papel que tienen las mujeres en la comunidad y lo que representan para entender por qué se constituyen en objetivos militares.

Tal como Ochy Curiel, académica dominicana, afirma: las mujeres representan el honor de la comunidad y atacar a las ‘del enemigo’ significa atacar al grupo opositor y a su comunidad completa […] violarlas significa desmoralizar a los hombres en el entendido de que ellas son una propiedad. Las mujeres son vistas como la encarnación de la cultura enemiga, de modo que, cuando el objetivo militar es destruir esa cultura, se legitima la violencia contra ellas.

Víctimas identificadas como enemigas
En el caso de Sepur Zarco y de los otros lugares de Guatemala donde militares y paramilitares utilizaron la violencia sexual contra mujeres, es particularmente interesante observar que la mayoría no pertenecía al movimiento revolucionario, pero sí encarnaban la cultura enemiga.

Las consecuencias que han vivido estas mujeres a nivel psicológico, las rupturas en su ámbito familiar y la estigmatización son solo algunos de los efectos de la violencia sexual que -al constituirse en estrategia militar- las convirtió en objetivos militares para propiciar la destrucción comunitaria.

Descargar artículo. Artículo publicado en: La Cuerda. Miradas feministas de la realidad.No. 173, Año XVI. Pág. 11. Noviembre – diciembre, 2014.


Otros artículos escritos por Lily Muñoz sobre el caso Sepur Zarco

Las mujeres de Sepur Zarco: de víctimas a sujetas políticas. Artículo publicado en IIPSGT el 27 de noviembre de 2014

De la memoria del horror a la dignificación. Artículo publicado en: La Cuerda. Miradas feministas de la realidad. No. 161, Año 14. Pág. 3. Noviembre de 2012. 

Romper el Silencio: Justicia para las víctimas de violencia sexual durante el genocidio. Artículo publicado en la cadena de radios comunitarias FGER y en la página web de AVANCSO el 30 de marzo de 2010.

El Tribunal de Conciencia: un antídoto contra la inconsciencia. Artículo publicado en la cadena de radios comunitarias FGER y en la página web de AVANCSO el 10 de marzo de 2010.

La condición humana en cuestión. Artículo de colaboración para la revista española “Con la A” No. 19 publicado el 08 de febrero de 2013.